Como ya queda poco para que finalice el reto de libros policiales 10 misteriosos, me he puesto las pilas con la lectura, y esta vez estoy con una novela clásica que me encontré curioseando en el depósito de la librería. Se llama La bestia debe morir y su autor es Nicholas Blake.
Como verán en la portada es una de las novelas seleccionadas por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares para integrar la colección de novela negra El Séptimo Círculo.
Y Natalia ya tiene en su poder dos de las novedades más esperadas de RHM: El Temor de un Hombre Sabio y Todo Oscuro Sin Estrellas. Comenzó leyendo éste último, que pertenece a nuestro querido tío Steve y que reúne algunos relatos.
Así comienza el primer relato, 1922:
Como verán en la portada es una de las novelas seleccionadas por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares para integrar la colección de novela negra El Séptimo Círculo.
Título original: The Beast Must Die.
Año: 1945.
Editorial: Emecé.
Parte Primera.
El Diario de Félix Lane.
Junio 20 de 1937.
Voy a matar a un hombre. No sé cómo se llama, no sé dónde vive, no tengo idea de su aspecto. Pero voy a encontrarlo, y lo mataré...
Amable lector: usted debe perdonarme este comienzo melodramático. Parece la primera frase de una de mis novelas policiales, ¿no es cierto? Sólo que esta historia nunca será publicada, y el amable lector es una cortés convención. Estoy decidido a cometer lo que la gente llama "un crimen". Todo criminal, cuando carece de cómplices, necesita de un confidente: la soledad, el espantoso aislamiento y la angustia del crimen son demasiado para un solo hombre.
Y Natalia ya tiene en su poder dos de las novedades más esperadas de RHM: El Temor de un Hombre Sabio y Todo Oscuro Sin Estrellas. Comenzó leyendo éste último, que pertenece a nuestro querido tío Steve y que reúne algunos relatos.
Así comienza el primer relato, 1922:
Título original: Full dark, no stars.
Año: 2011.
Editorial: Plaza & Janés.
A QUIEN PUEDA INTERESAR:
Me llamo Wilfred Leland James, y esta es mi confesión. En junio de 1922 asesiné a mi esposa Arlette Christina Winters James, y sepulté su cadáver en un viejo pozo. Mi hijo, Henry Freeman James, me asistió en este crimen, aunque a sus catorce años no se le puede atribuir ninguna responsabilidad; yo lo embauqué para hacerlo, jugando con sus miedos, destruyendo sus naturales objeciones a lo largo de un periodo de dos meses. Es algo de lo que me arrepiento aun mas amargamente que del crimen, por razones que este documento revelará.
2 leyeron conmigo:
¡Qué buena pinta tienen ambos!!! Ya tengo ganas de leer vuestras reseñas.
Besotes!!!
Me atraen los dos. Ya nos contaréis...
Besos,
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